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Como ya os conté en un post anterior soy descendiente de japoneses y como tal tengo rasgos orientales. Nada más bajar del avión y llegando a la zona de inmigraciones, hay una persona que se dedica a separar a los que viajeros nacionales de los turistas. Yo me dirigí al área de turistas, mientras estaba caminando tranquilamente, por detrás de mi venía esta persona cabreada preguntándome que “por que vas a la zona de turistas, Japoneses al otro lado”, yo en inglés traté de explicarle que era turista, al ver mi acento, mi mujer y mi pasaporte, esta persona se disculpó y se fue tranquilamente a seguir controlando a los pasajeros.


Una cosa que me sorprendió fue lo limpio que era todo allí, después de adquirir los billetes del tren hacia Ueno, esperamos a que llegara, cuando llegó al salir todos los pasajeros entraron dos personas encargadas de limpiar el tren, la verdad es que no se que hacían, por que se les veía con la escoba y el recogedor, pero no recogían ni barrían nada, simplemente por que no había nada que recoger, el civismo es increíble.


Cuando comenzamos el recorrido, tuve una sensación rara, por que nunca había visto tanto oriental junto, toda mi vida había estado acostumbrado a andar en “minoría”, lo que para mí era lo normal y llegar y que se invierta la situación, me pareció raro. Mientras tanto, cuando el tren salió al exterior y comenzamos a ver las casas que habían, mi mujer me repitió varias veces que se sentía como en los dibujos animados, las casas eran iguales a las que vez en Doraemon o Shin Chan.


Por último, para mi fue relativamente fácil salir del avión, comprar los billetes y subir al tren, para mi la verdadera aventuramapa-a-hotel-edoya comenzaría al bajar del tren de en la estación Keisei Ueno. Nada mas bajar del tren, se me ocurrió decirle a mi mujer, “aquí te quiero ver, cómo nos vamos al hotel ahora” (estaba un poco acojonado por que los carteles estaban escritos en Japonés y no quería pasar lo que pasé al llegar a Atenas) a lo que mi mujer me responde muy segura “no te preocupes, tu sígueme”, sacó el mapa, salimos de la estación, y llegamos en 10 minutos andando al hotel, muy fácil todo. Con un buen mapa y estudiado con tiempo, se llega muy bien. Miren el mapa que está en el post.


Bueno, en el siguiente post os contaré del itinerario del primer día, ya que llegamos sobre las 12:00 h. al hotel.


19/11/2008 05:20 h. llegamos a esta hora al aeropuerto del Prat de Barcelona, todo fue muy rápido, como nosotros estamos acostumbrados a viajar con poco equipaje, sólo tuvimos que pasar por el express check in de Lufthansa, sin problema alguno, el tiempo de espera se hizo corto, por que mientras entrábamos a la zona de embarque y que tomamos un café, ya nos dio la hora de salir.

 

Primer vuelo con dirección a Frankfurt, muy cómodo, llegamos con mucho tiempo de antelación a nuestro próximo vuelo, directo a Tokio, como teníamos tiempo yo quería tomar el tren al centro de Frankfurt comer algo y regresar, pero mi mujer se negó a hacerlo, por que estaba cansada y quería leer sus revistas!, así que a ver tiendas del aeropuerto… para los despistados, la botella de agua de 500 ml en ese aeropuerto cuesta unos 3 €!!! Es mejor tomarse un buen Chai Tea Latte!!!

 

Increible, el vuelo estaba “petado”, no había asiento vacío, nosotros afortunadamente habíamos hecho la reserva de los asientos mucho tiempo atrás, así que teníamos los que queríamos, yo pensé que cada asiento tenía su propia pantalla y mandos como lo tienen KLM y Airfrance para vuelos intercontineBochanntales, pero no, Luftahansa recién los estaba poniendo, a nuestro lado se sentaba un señor que era igual a Bochan (uno de los amigos de los dibujos animados Shin Chan, serie que a nosotros nos encanta), era idéntico, sólo que en mayor.

 

Dentro de la información que nos dieron en al avión estaba la carta de la comida, había para elegir entre el menú japonés y el occidental, recuerdo que en uno de los capítulos de Shin Chan, lo utilizaron en la parodia y la verdad es que fue algo gracioso, por que todos los japonenses pedían el menú occidental, mientras que los “no” japoneses pedían el japonés.

 

En resumidas cuentas el vuelo fue tranquilo y llegamos un poco antes de lo previsto, y como teníamos tiempo el piloto del avión nos dio una “vuelta” por Tokio para que ambos lados del avión podamos ver el Monte Fuji, felizmente lo hizo por que fue lo más cerca que estuve visualmente de él.

 

Para mi lo genial fue lo del aeropuerto, sólo tardamos en salir 20 minutos, desde que se abrió la puerta del avión hasta que salimos de la aduana. Lo primero que fuimos es ir al Stand de Información Turística de Tokio para recoger mapas y folletos y de allí directo a comprar los billetes de tren de la línea Keisei.

Aeropuerto Narita

Una vez que compramos los billetes nos subimos al tren y sin problemas nos dirigimos a Ueno Station.

 

En el próximo post os contaremos nuestras primeras peripecias en Tokio.